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sábado, 25 de abril de 2015

Misterios de la ciudad de Salamanca

Salamanca es una ciudad llena de misterios. Todo tiene una historia, nada está donde está por casualidad. Gracias a las leyendas que han ido pasando de generación en generación, podemos decir que Salamanca es un lugar extraordinario y que no nos dejará indiferentes. 

Seguro que muchas personas que han visitado esta ciudad, han pasado por estos lugares sin tener ni idea de su historia. ¡Es el momento de descubrirla!

Calle Tentenecio

Seguro que todos nos hemos preguntado alguna vez que significado tienen los nombres de algunas calles o qué criterios se han tomado para nombrar algunas de ellas. La calle Tentenecio, que llega desde el río Tormes hasta la Catedral Vieja de Salamanca tiene su origen en una famosa historia charra.

Cuenta la leyenda que un buen día de mercado de ganado, que se celebrara en la otra orilla del río, San Juan de Sahagún, patrón de la ciudad, se encontraba en esta calle. Mientras paseaba, se dio cuenta de que la gente estaba alborotada. Un toro bravo del mercado, se había escapado, había cruzado el río y se dirigía hacia la calle embistiendo todo lo que se ponía en su camino. Cuando el toro se dirigía hacia San Juan, éste se plantó frente al toro, extendió su mano y le dijo: “Tente, necio” y el furioso animal se detuvo y fue devuelto al mercado.

Esta empinada calle, llamada así en honor al milagro del patrón de la ciudad, es una de las más frecuentadas de la ciudad. Siempre está llena de turistas, ya que es una calle céntrica y antigua. Además, en esta calle se encuentra el Archivo General de la Guerra Civil y a partir de ella, en dirección al río Tormes, podemos llegar a la famosa Casa Lis.

Calle Tentenecio

Huerto de Calixto y Melibea

En esta maravillosa ciudad, también encontramos un rinconcito dedicado al amor. El huerto de Calixto y Melibea, al que se puede llegar desde la Plaza de Anaya por el Rondín de las Edades del Hombre, tiene también una leyenda con un final trágico relacionado con la novela de “La Celestina”.

Cuenta la leyenda que un joven llamado Calixto, se enamoró de una bella mujer, Melibea, pero ésta le rechaza. Tras comentar su pena con uno de sus sirvientes, Calixto decidió acudir a Celestina, una prostituta que hacía de casamentera. Celestina realizó varios conjuros e hizo que Melibea se enamorara de Calixto.

Después de que los sirvientes de Calixto, le reclamaran a Celestina una parte de la fortuna que Calixto había pagado por su ayuda y ésta no la compartiera decidieron matarla. Tras un intento de huida, son apresados y muertos por la justicia.

Calixto, que acudía a visitar a Melibea trepando con una escalera por el jardín, un día escuchó unos ruidos y al pensar que uno de sus sirvientes estaba en peligro, bajó corriendo pero tropezó y cayó al vacío. Melibea, al enterarse de la muerte de su amado, subió a una torre y se tiró desde la parte más alta.

Debido a la popularidad de la historia, la gente empezó a buscar el lugar donde podían haber sucedido los hechos y como Fernando de rojas, autor de la obra, vivía en Salamanca, decidieron que este jardín sería el lugar idóneo para llamarlo Huerto de Calixto y Melibea.

Este huerto, es hoy muestra del amor juvenil. Cientos de jóvenes ponen un candado en señal de su amor al igual que sucede en el Puente Milvio en Roma, a raíz de la novela escrita por Federico Moccia “Ho voglia di te” (Tengo ganas de ti). Además es un fantástico mirador de la ciudad y de la catedral. 

Huerto de Calixto y Melibea

La cueva de Salamanca

En la Plaza de Carvajal se encuentra la Cueva de Salamanca, que ha tenido gran fama dentro de la literatura. Cervantes, Feijoo o Walter Scott hablan de ella en algunas de sus obras. Además, se puede acceder a la Torre del Marqués y disfrutar de unas bonitas vistas. 

Cuenta la leyenda que en la Iglesia de San Cebrián, Satanás impartía doctrinas sobre las ciencias oscuras a siete alumnos durante siete años, tras los cuales, uno de ellos debía quedar de por vida al servicio de la cueva. El alumno más célebre fue el Marqués de Villena.

Los alumnos debían pagar por las clases recibidas. Por sorteo, se elegía quien debía ser el que pagaba y si no podía hacerse cargo de los gastos, se quedaría encerrado en la cueva. Una vez, le tocó pagar al Marqués de Villena, pero no pudo pagarla por lo que se quedó encerrado. El joven marqués, no quería quedarse e inventó un plan para poder escapar. Para ello se ocultó en el interior de una tinaja, la cual estaba tapada de diversos objetos que se habían ido acumulando. Al ocultarse en ella procuró que los objetos quedaran tal y como estaban para no ser descubierto. Cuando el maestro regresó y se la encontró vacía se fue dejando la puerta abierta y así dejando vía libre al marqués para que escapara.

El joven estuvo toda la noche en la cueva, escapando por fin por la mañana. Pero al salir, su sombra se quedó atrapada en la cueva para siempre.

Por todo esto, la cueva es conocida por el lugar donde daba clases el diablo. Hoy, toda persona que visite Salamanca, puede acercarse a la cueva y subir a la Torre a disfrutar de las vistas, y de su historia. 


Cueva de Salamanca y vistas de la Catedral desde lo alto de la Torre


¿Estás de acuerdo ahora con la frase: "Salamanca engancha"? ¡Atrévete a visitarla!






1 comentario:

  1. ¡Muy interesante! Ahora visitaremos Salamanca con otra perspectiva. ¡Seguid así!

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